Era
su rincón preferido, al fondo, a la derecha, siempre se instalaba allí, en el
corazón.
Podía
sentir lo que era, desolación, amargura, pena, no había nada que la sacara de
ese sitio, ni la música, ni las palabras, ni siquiera el cariño.
La
situación había sido libremente elegida. Eligió respirar aire puro y vivía bajo
una atmósfera viciada. Eligió volar y no encontró lugar donde desplegar sus
magníficas alas. Eligió el color y se veía sólo en fotografías en blanco y
negro.
Pero
llegó ella, y con solo su presencia, confundió su cabeza, tenía sensaciones
raras, de incomodidad, notaba que algo pasaba, olía el viento, oía las flores,
sentía la luz.
Un
día alguien dijo: te quiero, y salio de ese rincón escondido. Esta él, si, se
lo decía a ella.
Su
vida cambió, su rincón desapareció, inundo todo su cuerpo. Ya no era
desolación, ni amargura, ni pena, ya no se llamaba tristeza.
Era
la alegría, la que se quedo a vivir, y se oía la música, y se olía la flor y se
veía la luz.
precioso, esto solo podia salir de un corazon y un alma tan pura como la de usted
ResponderEliminarse le hecha de menos...........