martes, 12 de marzo de 2013

Aceite de mar




Algo más virgen que un mar en calma no existe. Nada ni nadie ha estado en ese punto donde la vista se deleita y se serena. Cambia su bravura por la paz. Cambia las inquietudes por las alegrías.

Solo la roca donde se arrullan las ligeras olas dan la chispa de la vida. Suavizan sus aristas y redondean los sentimientos. Son necesarias muchas sí, pero ese aceite no tiene prisa, la paciencia y la constancia son sus mejores armas. Sus mejores formas de ahormar la dureza. De condimentar la gran ensalada de la vida.

Gota a gota. Sal de aceite virgen. Problemas que desaparecen. Amores que aliñan. Así es el mar. Dorado con los colores y sabores que  el sol mira.  Sabia combinación…

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