Tenía la capacidad de mirar la tele y
contestar a su novio a la vez. Es una mujer. Está claro. La desdicha la puso en
la situación de perder parte de esos mecanismos y capacidades que todos tenemos
pero que agudizan las mujeres de forma primordial. Los medios técnicos de la
medicina le dijeron que su esfuerzo la recompensaría devolviendo poco a poco
esa innata capacidad.
-No sería mejor que se quedara así, en modo
hombre? Le dijo su amigo. Así es más llevadera.
Una mujer con esa vitalidad. De comerse el
mundo. Mucho más que muchos hombres. De atreverse no más que cualquiera de
ellas con cualquier adversidad. Y superarla.
Se supo rodear de personas de pura energía.
De la positiva. De la que sobra y se recoge con ganas. De la que te transmite
sin pedirla. De las personas que aun estando en situaciones mucho peor ni lo
parecen.
Y dejar atrás a las grises. A las chupa
energías. A las que te la roban. A esas son las que tenemos que identificar y
colocar en nuestra lista de no estar. Por más que la vida nos coloque en lo más
extremo y nos falte todo, siempre habrá quien nos de todo.
Muy cierto, querido amigo Txentxo, y muy visible en tu estupenda exposición. Enhorabuena. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Patxi, solo son reflexiones de vida en voz alta.
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