La
grandeza del perdón
Como
dijo el filosofo, equivocarse y rectificar es cosa de sabios. Y todas las
equivocaciones no siempre incluyen un error tal, que haya que pedir perdón.
Pero
el perdón que difícil es pedirlo, y cuanto cuesta reconocer que te has
equivocado en este caso, pero como decía el sabio, es un gran honor reconocer,
rectificar, que te equivocas con esa persona, que no lo has hecho bien, que la
molestaste, o la ofendiste. Y saber hacerlo te honra y mucho.
Pero
todo perdón necesita de un reconocimiento una contraprestación, un saber que la
persona ofendida se entera que estas arrepentido de tu acción, si no, no se
entiende como tal el perdón. Se lo dices a la pared, y con eso sobra para tu
conciencia, pero no para la persona ofendida.
La
grandeza del perdón no está en pedirlo, que también, si no en la persona que lo
acepta saber entender que le pides perdón, y saber aceptarlo y reconocerlo.
Volver
a unir el vinculo roto por ese error, saber los dos que se pasan al momento
justo anterior al hecho.
Solo
así es posible pedir perdón y ser perdonado. Tan difícil es saber perder, como
saber ganar.
Y
sobre todo, como dijo el sabio filosofo, si te pasas la vida pidiendo perdón y
rectificando, eso es que no vales nada como persona, algo y muy malo debes
hacer para estar siempre así, ya no eres sabio eres malo.
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