Nada
hay más pequeño que podamos tocar que cada uno de los granos de arena que hay en
una playa. En su simpleza está su grandeza. Su paso lento pero continuo de un
lado al otro marca el tiempo de su vida. El aire y el mar cambian su lugar de
reposo.
Se
nos escapa de las manos. Vuela con la brisa. Sube y baja del fondo a la playa. De
aristas finas y cortantes, de ángulos romos a veces, parece que su existencia
cambia con quien se encuentra. Su vida esta ligada siempre. Y sin él no habría
sitio donde poder sentir las estrellas del firmamento. Ni donde apoyar nuestro
pie para sujetar al amor de nuestra vida. Ni siquiera podríamos llorar al
sentirlo en nuestros ojos.
Nada
hay tan pequeño en nuestra vida y que menos nos demos cuenta de que existe.
Que
no se unan. Que solo sea uno. Dejará de ser quien es.
.....Que bonito
ResponderEliminarinteresante forma de describir un simple grano de arena
ResponderEliminarPoética y filosófica visión, querido amigo Txentxo. En tu habitual línea de sensibilidad. Pero, no he podido evitar relacionar algunas de tus palabras con el texto que le dediqué a mi sobrino, y que no sé si llegaste a leer:
ResponderEliminarhttp://www.falsaria.com/2014/02/tuviste-tiempo/
Como siempre, ¡chapeau! Un muy fuerte abrazo.
Te he contestado en Falsaria. Somos algo más que dos personas que escriben. Un fuerte abrazo
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