Alguna tarde no he ido a clase. Le dijo al
cura al confesarse para tomar la primera comunión. Y los recuerdos de la
primera vez le llegaron a su cabeza a borbotones.
Como iba a ir a clase aquella tarde? El
mejor día de Octubre. Víspera de su cumple. Pues se la tomó la tarde como
regalo anticipado. Y además como era el suyo hacia lo que quería.
Inconsciente pubertad. A esa hora el sol
picaba todavía. Se encaminó al parque. A aquel montículo que siempre le tenía
echado el ojo. Y con la fuente de agua en su cima. Menuda tarde se avecinaba. Y
los libros ya los vería otro día.
Llegó y al mirar la fuente ya tenía en su
cabeza la obra hidráulica prevista. Ríos, cauces, presas y represas. Puentes y
hasta un acueducto pensaba construir. Manos a la obra. Como disfrutaba con el
barro, con la arena, las ramitas. Los cantos y piedras. Todo valía para la gran
obra.
Pasaban los segundos creía él. Pero no. No
eran segundos, eran horas y no veía la forma de poder terminar. Quería que al
soltar el agua de la fuente todo funcionara. Pasar por todos los sitios que había
planeado. Que su represa aguantara el agua, que los meandros fueran lentos, que
en los rápidos el agua saltara. Aun le faltaba.
Pero no se dio cuenta que la luz se había
ido, que no veía casi. Que no encontraba las piedras. Levantó la cabeza, se
miró. Estaba de barro hasta los ojos. Era de noche y muy de noche. Se asustó. Qué
hora seria? Se la había ganado y con todo el equipo. No podría ver su obra
terminada. El castigo seria de meses o más. Y su obra se destruiría sola con el
tiempo, las lluvias y el aire.
Tomó una decisión. Ya que del castigo no se libraría.
La siguiente la construiría mejor pero mas rápida.
travieso !!! pero como disfrutaste ese dia !!
ResponderEliminarBONITO RELATO DE LA NIÑEZ...TRASTADAS Y VIVENCIAS, QUE TODOS A CIERTA EDAD LAS HEMOS HECHO Y LAS RECORDAMOS CON UNA SONRISA.
ResponderEliminarTRASTADAS DE LA NIÑEZ, RECUERDOS QUE QUE VIENEN A LA CABEZA DIBUJANDO UNA SONRISA.
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