Andando
por las aceras del pensamiento descubres las uniones de los ladrillos. Te das
cuenta que nunca son lisos, que las juntas entre ellos cada una es de una
forma.
Miras
fijamente uno cualquiera y algo despierta en tu imaginación. Son los eslabones
de una cadena que marcan el camino de tu vida. Cada uno de ellos es un sitio
donde te apoyas, a veces descansas y otras las mas te impulsan. Enderezan y
tuercen los entresijos de tu mente. Y reflejan las angustias y alegrías de la
realidad cotidiana. Los sonidos que vas dejando atrás, son los recuerdos de tus
pasiones. Y la luz que no siempre se refleja marca las ideas futuras. Deberían
ser a veces de algodón y otras de acero para llevarte en volandas o protegido
como cárcel de lujo.
En
un punto concreto para y te vuelves y ves los ladrillos andados. Son las notas
de una melodía ya escuchada, pero giras y ven la sinfonía que aún queda por
disfrutar.
Aun
quedan ladrillos por andar. Comida por tomar y agua por caer.
Llegan
las nuevas ideas. Las que te acompañarán unos metros mas de pasiones.
interesante !!!
ResponderEliminarsiempre estamos poniendo ladrillos en nuestras vidas.....
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