Años de
espera para subir esos dos escalones solo. Y por fin llegó el momento de
traspasar el andén y alcanzar la tarima de madera de aquel vagón añorado. De
lujo exquisito. De madera noble. De hilo egipcio y de cortinas de sueños.
Sonido de siempre, confundido con anhelos irrealizables por fin cumplidos.
La
educación exquisita de personas a tu servicio lo hacen realidad. El camino
empieza, el tren se mueve. Tu corazón palpita. Y tu te estremeces. El nudo de
tu garganta no te deja respirar. Te ahogas en el placer del traqueteo y ves en
las ventanas los cuadros de tus libros leídos tantas veces.
El viaje
comienza. El anden se vacía. El compartimento esta lleno de todas las cosas que
esperas. Las sabanas de hilo. La manta de angorina. Las toallas de rizo. Y el
agua de Vichy. Tu mayordomo te espera la orden de abrirte la cama. De calentar
tu sitio.
De
llevarte al restaurante. Camareros con chaqué y metre de diseño. Comida de
pintura francesa. Servida con los mejores burdeos. Viaja de noche y vive de
día. Para en cada postal soñada. Y ahora pisada con ganas. Tus ojos deleitan a
tu corazón que sosiega a la vez tu alma. Nunca querrás que termine. Nadie es
anonimo, todos tiene las mismas ilusiones, une mas el viaje.
Ese es el
viaje. Que aunque lo repitas no será el primero. No parpadees ni en sueños.
Perderás algo que ya no volverá.
Disfruta
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