Esa uña
verde esperanza, sujetada por ese dedo que indica tu capacidad de ser la número
uno. De hacer la indicación de llamarme. Y sin hablar, hace que vuele hacia ti.
Que marca el límite de hasta donde se puede llegar a ti.
Dice que la
locura está en tu cabeza y también en las cabezas de los que te quieren. Que
prueba la comida que con mimo preparas a los tuyos y que junto a sus cuatro
hermanos tienen la capacidad de acariciar con delicadeza la cara de tu amado.
Esa mano
sensible que siente el placer de tu piel, que sus yemas hacen estirar el vello
de cualquiera hasta casi arrancarse de su raíz. Dulce y enérgica. Dura y de
terciopelo. Que transmite tus pensamientos para que los demás los lean.
Dan puntadas
con hilo, y dan puntadas sin hilo. Terciopelo cubierto de acero. Tu mano
sencilla y marcada por la sabiduría del tiempo. Deja huella en la arena cuando
te apoyas pero deja huella en el corazón cuando lo rozas.
Esa mano es
la que quiero que mientras me cantas una nana me anillara el pelo para que mis
sueños sean siempre tú.
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