miércoles, 12 de junio de 2013

Fuera


Todo empezó al pensar como compraría el billete. Fue una sucesión continua de sensaciones. Se iba de casa. Así. Sin más. A la aventura. Bueno casi. Su pareja llevaba tiempo hablándole de su amigo de Brasilia, con el que estudió la ESO. Y lo bien que le iba trabajando de camarero.

A esa edad y sin trabajo aquí. Cualquier sitio donde tuviera una libertad de independencia económica era buena. Pero con el billete en la mano si grabó a fuego su decisión de salir del cobijo de su madre y hermano. Había sido un aprendizaje diario de cómo actuar con soltura en cada una de las situaciones ya vividas.

Sus estudios estaban terminados. Y la poca o mucha experiencia que había adquirido en las prácticas era su único bagaje. 6 años de estudio para irse a 10.000 kilómetros de casa para trabajar en una tienda de ropa de última moda. Y gracias al amigo de su pareja y al contacto que tenia.

Decisión tomada. A volar. Dejar su corta vida en el baúl de las añoranzas y empezar a llenar el cajón de las esperanzas. Y así empezó con una nueva vida alejada de casa y en un sitio que le era por completo desconocido.


Era la última de esa gran lista que iban saliendo a ganarse la vida fuera. Pero la lista continuaría en el mismo momento que ella subiera al avión. Otros la empezarían. 

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